miércoles, 13 de julio de 2011

Autoeficacia, la salud y las enfermedades crónicas

La autoeficacia es una variable mediacional que ha demostrado tener relación con los comportamientos saludables (Krichbaum et al., 2003), la adherencia al tratamiento, los comportamientos promotores de salud y la disminución de los síntomas físicos y psicológicos (Grembowski, Patrick, Diehr, Durham, Beresford & Kay, 1993). Según como se desarrolle, se definirá una determinada vulnerabilidad o resistencia al estrés y la capacidad de adaptación a las demandas que implican las transiciones evolutivas, así como las que significa vivir con una condición de enfermedad crónica (Krichbaum et al., 2003).
En relación a las conductas preventivas, los individuos con alta autoeficacia tienen una mayor probabilidad de iniciar cuidados preventivos, buscar tratamientos tempranos y ser más optimistas sobre la eficacia de estos (Grembowski et al., 1993). De manera similar, altos niveles de autoeficacia se relacionan con estados de ánimo más positivos, estado de salud más favorables, menores síntomas de distrés psicológico y mayor cumplimiento de las prescripciones médicas, hallazgos encontrados en diferentes investigaciones (Sarkar, Fisher & Schillinger, 2006). Además, los estudios indican consistentemente que los individuos con alta autoeficacia también tienen más probabilidad de evaluar su salud como mejor, encontrarse menos enfermos o depresivos, y recuperarse mejor y más rápidamente de las enfermedades que las personas con baja autoeficacia (Grembowski et al., 1993).
Las investigaciones en enfermedades crónicas han demostrado los efectos positivos de una alta autoeficacia en el comportamiento de adherencia a tratamiento en diferentes grupos socioculturales y etáreos: adolescentes, mujeres afroamericanas, adultos con tratamientos complejos y adultos con diabetes tipo I o diabetes tipo II (Anderson et al., 2000). En contraste, existen otras investigaciones que no han encontrado relaciones significativas entre adherencia a tratamiento y autoeficacia (Contreras, Espinosa & Esguerra, 2008). Los bajos niveles de autoeficacia se relacionan con el distrés psicológico, el afecto negativo y la disfunción comportamental, especialmente en pacientes crónicos (Sarkar et al., 2006).